RASGOS QUE IDENTIFICAN AL CATEQUISTA DE LA COMPAÑÍA DE MARÍA
Es una persona que se siente llamada a vivir y anunciar la Buena Nueva de Jesús desde una educación que fructifica en obras de justicia.
Experimentándose en camino, intenta responder desde la vivencia de cada una de estas relaciones, a través de las cuales expresa el envió recibido para realizar la misión de evangelizador/a.
A) En relación con Dios
Vive la experiencia de ser hijo/a de Dios y hermano/a de los demás, alimenta su vida en la oración y la Palabra de Dios, se deja guiar por el Espíritu y hace suyas las actitudes de María.
Busca ser amigo, con fidelidad y convicción, del Dios de Jesús que ama a las personas tal como son, las acoge con misericordia y las hace crecer.
B) En relación consigo mismo:
Renueva frecuentemente su “pasión evangelizadora” capacitándose de manera integral, para ser un/a educador/a de la fe.
Transmite los valores evangélicos a través de la coherencia de su vida y asume con responsabilidad su compromiso.
Celebra lo que cree y lo comparte comunitariamente
Muestra madurez en sus afectos; en su compromiso con la realidad; en la comunión con la Iglesia.
Reconoce, con humildad y agradecimiento, sus dones personales y los aporta a la
Comunidad Educativa.
Cuida con esmero, en su vida personal y en su acción evangelizadora, las actitudes que favorecen el discernimiento: la apertura, la actitud de escucha, el diálogo.
C) En relación con los demás:
Con los alumnos/as
Atiende la realidad de cada uno/a, tratando de conjugar: exigencia y flexibilidad; firmeza y comprensión; cercanía y distancia; libertad y responsabilidad; autonomía y socialización escucha las inquietudes y cuestiones vinculadas al proceso de crecimiento de sus alumnos para ayudarles a buscar respuestas, prestando mayor atención a quienes más lo necesitan, sin exclusivismos ni discriminación.
Conoce, indaga y se interesa por conocer las características evolutivas, la dinámica grupal y los intereses-preocupaciones del grupo con el que trabaja.
Acompaña a los niños y jóvenes en su proceso de fe, orientándolos en sus búsquedas y necesidades, con cariño, con calidez humana, paciencia, comprensión...
Enseña y da elementos para la interpretación y reflexión de la Palabra. Inicia y acompaña en la oración personal y litúrgica.
Genera la reflexión y la crítica de la realidad, promoviendo las opciones del Evangelio a través de las prácticas cotidianas.
Estimula y acompaña experiencias vinculadas con la paz, la solidaridad, la justicia, la promoción, la ecología, los derechos humanos, la convivencia humana...
Se adapta creativa y flexiblemente a diferentes situaciones, y adapta los contenidos según las circunstancias.
Con sus compañeros:
Facilita un ambiente de respeto mutuo, de compartir, de complementariedad, de corresponsabilidad en las tareas...
Participa activamente en las reuniones específicas y en otras convocadas institucionalmente, aportando en ellas todo aquello que puede ayudar a un mejor servicio y a crecer como comunidad.
Trabaja en equipo
Con la Comunidad Educativa:
Interioriza el Proyecto educativo de la Compañía de María, su Carisma y Espiritualidad.
Cuida los vínculos construyendo comunidad, mantiene abiertos los canales de comunicación, facilita la interrelación, el respeto y el diálogo en las diferencias.
Anuncia, testimonia y contagia la Buena Noticia
Está disponible a “tender la mano” y “servir de una manera nueva”.
Ayuda a buscar nuevas formas de expresión y comunicación con Dios y con los hermanos.