Emotiva carta hacia los compañeros de 5to. Año


 

 

 

¿Qué decirles? Quizás ninguna palabra alcance para explicar las maravillosas sensaciones que hemos sentido en los últimos años, en toda nuestra etapa escolar en realidad. Tantos recuerdos, tantas alegrías, miedos, tristezas, peleas, nervios, ansiedad.
A medida que vamos creciendo vamos adquiriendo más responsabilidades, que la mayoría de las veces cuesta aceptar. No lo queremos ver, no queremos terminar.
Estamos llegando al final de una etapa que nos marcará eternamente; es algo inolvidable. Tememos a lo que pueda llegar a ocurrir con nuestras vidas y a perder estas relaciones, de romper vínculos o a distanciarnos por diferentes motivos. ¿Y por qué no, también al fracaso? Muchos debemos sentir ese temor, pero nuestro rostro se ilumina y nuestra mente y corazón se llenan de paz al saber y sentir que no estamos solos; que a todo el mundo le ha pasado o pasará por esto.
Tenemos a nuestro guía máximo, Dios, y contamos con el apoyo - gran apoyo- familiar; que a pesar de todo nos aconsejan y quieren lo mejor para nosotros aceptando nuestras decisiones, sean erróneas o no, debemos vivir nuestras propias experiencias. Además hemos estado contando con un apoyo incondicional durante muchos años, la  “escuela”, nuestra segunda casa; esa gran familia que nos cuida desde chiquitos, nos enseña, nos valora y también quiere lo mejor para nosotros. Por eso GRACIAS por ayudarnos a crecer en la fe, a formarnos como personas para que podamos encarar este nuevo ciclo con la mayor seguridad y confianza. Gracias por tantos momentos. Ustedes están en cada detalle, cada palabra, que aunque parezca insignificante, ayuda mucho a la hora de reflexionar.  Más allá de algunos desacuerdos propios de la edad, a veces tenemos que detenernos a pensar y ver si realmente estamos equivocados o no. Quizás no hace falta decir mucho, solo con gestos uno entiende el sentimiento, pero hay que saber interpretarlo, y de esa forma no saldremos heridos.
Y… sí chicos;  yo voy a extrañar todas y cada una de las cosas que compartimos, que aprendimos: el “Buenos días seño”, o el “hasta luego profe”, el jugar a las escondidas en el patio o el “no estudié, paso después”. Voy a extrañar levantarme todos los días para verles la cara, compartir todas las tardes con mis amigos, salir del colegio y no querer dejar de verlos, insultar a profesores porque simplemente no nos entienden, morirme de risa en clase por cosas que hacemos en el curso, sentarme con mi compañero de banco y pelearnos a muerte por el espacio o por los útiles; cantar, bailar, comer, reír, llorar y hacer de TODO; recreos donde pasábamos todos tirados en el patio o todos jugando en el curso. Voy a extrañar llegar un lunes, repetir siempre las mismas anécdotas del sábado y planear el fin de semana que sigue.
Porque con ustedes pase días de clases que quisiera repetir, en los que olvidé todos mis problemas...
Gracias por lo malo y lo bueno. Son parte de la mejor etapa de mi vida. El recuerdo más bonito.
Lo que una vez disfrutamos, nunca lo perdemos. Todo lo que amamos profundamente se convierte en parte de nosotros mismos.
¡HASTA SIEMPRE!

Gazale Saud

Estudiante de 5to. Año del Colegio Compañía de María- 2012